Los compresores transforman en calor el 100 % de la energía que absorben. Un compresor de 25 hp produce durante su funcionamiento calor suficiente como para calentar una casa unifamiliar. Por esta razón, la ventilación eficaz de las estaciones de aire comprimido es imprescindible para garantizar su buen funcionamiento.

El calor derivado por los compresores es un recurso ideal para ahorrar energía. Con la ayuda de los sistemas adecuados, es posible recuperar en forma de calor hasta un 94 % de la energía absorbida y volver a aprovecharla, lo cual reduce notablemente los costos de producción del aire comprimido. Pero además, en las instalaciones dotadas de un sistema para la recuperación del calor deberá haber un sistema de enfriamiento seguro, con el cual podremos ahorrar una buena cantidad de dinero. Los costos de enfriamiento por aire pueden resultar hasta un 30 % más bajos que los costos de enfriamiento por agua. Por tanto, será preferible un enfriamiento por aire siempre que exista la posibilidad de elegir.

1. El entorno de los compresores
1.1 Un entorno limpio y seco es como un as en la manga

En la Normativa (alemana) para la Prevención de Accidentes, VBG 16 (13.4 Compresores, § 12, apartado 1) se indica: “Los compresores deben instalarse de manera que queden suficientemente accesibles y que se garantice su buena ventilación”. Esta normativa informa de que la temperatura ambiente del lugar de instalación de compresores enfriados por aire y aceite no debe superar los 104 °F.
Además, el artículo 15 añade: “…en la zona de aspiración de los compresores no deberán liberarse sustancias peligrosas”. Estos son los requisitos básicos para reducir al mínimo el riesgo de accidentes. Si el objetivo es conseguir un servicio económico y con poco mantenimiento del compresor será necesario cumplir otras condiciones.

1.2 La sala de compresores no es almacén de equipos obsoletos
Para empezar, la sala de compresores no debe convertirse en un almacén de otros equipos: No deberán almacenarse en ella enseres de otra índole, ni dejar que se acumulen polvo u otras impurezas. El suelo deberá ser resistente a la abrasión a ser posible. Si el aire de aspiración y de enfriamiento proceden de un ambiente muy cargado de polvo, partículas de hollín o similares, será imprescindible una filtración preliminar intensiva. Incluso en condiciones de servicio normales, el aire de aspiración y enfriamiento deberán purificarse con filtros integrados en los compresores.

1.3 Clima moderado
La temperatura también tiene una gran influencia en la confiabilidad y en la necesidad de mantenimiento de los compresores: el aire de aspiración y de enfriamiento no puede estar ni demasiado frío (<37.4 °F) ni demasiado caliente (>104 °F)*. En verano, la cara sur y eventualmente la cara oeste del edificio pueden verse sometidas a un fuerte recalentamiento por efecto de la radiación solar directa. Por eso se recomienda no emplazar las aberturas para la aspiración del aire en lugares castigados por el sol. El tamaño de las aberturas dependerá de la potencia de los compresores y del tipo de enfriamiento.

2. Ventilación de la sala de compresores
Será muy importante elegir el sistema de ventilación correcto para cada sala de compresores, no solo en el caso de equipos enfriados por aire, sino también en el de unidades enfriadas por agua. En ambos casos deberá derivarse el calor generado en el interior de los compresores y por los motores eléctricos de accionamiento en total, aprox. un 10 % de la potencia consumida por el accionamiento del compresor.

3. Modos de ventilación
3.1. Ventilación natural

El aire de enfriamiento es absorbido y calentado por el compresor, a continuación sube y sale, ayudado por la sobrepresión, a través de una abertura de salida localizada en la parte superior (figura 1). Pero este sistema tan sencillo solamente es posible en casos excepcionales y para compresores de potencias inferiores a 7.5 hp. La simple radiación solar y la presión del viento sobre la abertura de salida son suficientes para invalidar la posibilidad de una ventilación natural.

3.2 Ventilación artificial
Este método, practicado con frecuencia, está basado en una corriente de enfriamiento dirigida artificialmente. Una regulación por termostato impide que las temperaturas caigan por debajo de los 37.4 °F en los meses más fríos del año. Temperaturas demasiado bajas podrían perjudicar el funcionamiento de los compresores, la evacuación y el tratamiento de los condensados. El control por termostato es necesario porque las salas de compresores con ventilación artificial se encuentran a una cierta presión negativa que dificulta la salida del aire caliente hacia el exterior. Existen dos modalidades de ventilación artificial:

3.2.1 Ventilación con ventilador externo
Consiste en instalar un ventilador con regulación por termostato en la abertura de salida del aire, que aspirará hacia el exterior el aire calentado
por los compresores (figura 2).
Al usar este sistema, es importante dimensionar la abertura de aspiración (abajo a la derecha) con las medidas suficientes, ya que si es demasiado pequeña, un exceso de presión negativa iría acompañado de una corriente de aire fuerte y ruidosa. Además, perjudicaría la ventilación de la sala. El sistema de ventilación deberá diseñarse de manera que el aumento de temperatura provocado por el calor que derivan los compresores no supere los 7 K, ya que de lo contrario podría producirse un cortocircuito térmico y los compresores se pararían.

3.2.2 Ventilación con conducto de escape
Los compresores de tornillo modernos, compactos y totalmente encapsulados, ofrecen la posibilidad de aplicar un sistema de ventilación ideal con la ayuda de un conducto de escape: El compresor aspira el aire de enfriamiento por medio de una abertura y expulsa después el aire caliente a través de un conducto que lo lleva directamente
al exterior de la sala de compresores (figura 3).

La ventaja decisiva de este método radica en que es posible calentar mucho más la corriente de ventilación, hasta unos 20 K aproximadamente, con lo cual se reduce la
cantidad de aire de enfriamiento necesaria. Normalmente, los ventiladores instalados de serie en los compresores son suficientes para expulsar el aire, es decir, que al contrario de lo que sucede con un ventilador externo, en este caso no sería necesario un consumo adicional de energía. Ahora bien, esto sólo será posible si no se sobrepasa la presión residual de los ventiladores.
Además, el conducto de escape deberá estar equipado con una escotilla regulada por un termostato (figura 4) con el fin de evitar el enfriamiento excesivo de la sala en invierno. Si se instalan en la misma sala secadores que también estén enfriados por aire, habrá que procurar que la ventilación de unos no influya negativamente en la de los otros.
A temperaturas por encima de 77 °F es recomendable aumentar la corriente de aire de enfriamiento con un ventilador adicional regulado por termostato.

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