Las condiciones de instalación y ambientales influyen notablemente en la economía y confiabilidad de la producción de aire comprimido. Por ello es muy importante respetar tres reglas básicas.

1. Mantener limpia la estación de compresores
La limpieza y el estado de mantenimiento de muchas estaciones dejan mucho que desear, aunque no lleguen al extremo de la figura 1.

Limpieza significa, sobre todo, proteger los equipos del polvo. De lo contrario, los filtros de polvo se saturarán enseguida, lo cual significa una mayor necesidad de mantenimiento, un mal rendimiento y un perjuicio del enfriamiento por aire. Otras consecuencias pueden ser averías en el compresor por sobrecalentamiento, averías en el secador y una mayor formación de condensado, con el riesgo intrínseco de averías para las herramientas y de empeoramiento de la calidad de los productos. Si no es posible evitar la sobrecarga de polvo al elegir el lugar de instalación, deberán instalarse esterillas filtrantes para el aire de aspiración (figura 2a, 2b)
.

2. Temperaturas moderadas
En las épocas frías del año deberá protegerse la estación de aire comprimido contra las temperaturas bajo cero: En primer lugar, en la estación se pro-duce el aire comprimido, que estará húmedo mientras es transportado al punto de tratamiento. Si se congela, el condensado presente en las tuberías puede provocar daños importantes. En segundo lugar, la capacidad lubricante de los aceites y las grasas de los rodamientos del compresor disminuye a temperaturas por debajo de los 41 °F, lo cual puede ser también origen de averías. En verano, por el contrario, deberá eliminarse eficazmente el calor derivado por los compresores para que la temperatura ambiente de la sala no supere la temperatura exterior. Si esto sucede, los motores y los componentes eléctricos pueden sobrecalentarse y los secadores se sobrecargarían debido a una ventilación insuficiente del aire comprimido. Las consecuencias son la formación de condensado y averías en los consumidores. En el peor de los casos, la acumulación térmica provocada por una ventilación insuficiente llevaría a la parada de los compresores y los secadores, o lo que es lo mismo, a la interrupción del suministro de aire comprimido.
Para evitarlo existen sistemas de ventilación capaces de regular la temperatura en la estación de aire comprimido gracias al control automático y termostático de la entrada, salida y circulación del aire en la sala de compresores (figura 3).

3. Mantenimiento sencillo de la estación
Los compresores y equipos de trata-miento modernos necesitan poco mantenimiento, pero tampoco pueden prescindir de él totalmente. Deben colocarse de manera que todos los puntos de mantenimiento queden accesibles.

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