Normalmente, cuando pensamos en armas nos imaginamos explosiones y fuego, pero en esta ocasión hablaremos de un arma desarrollada por los Nazis en 1941. Durante este tiempo, se investigó y se crearon Armas Nazis con Aire Comprimido. El Flettner FL 282 fue desarrollado en una fábrica en Stuttgart, Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.
El Flettner era un helicóptero tenía una característica particular: tenía un cañon que lanzaba aire comprimido contra los aviones enemigos. Consistía en un dispositivo extraño conformado por un gran cañón angulado descansando en una inmensa cuna. Lo que hacía el cañón, es que al encenderse, una mezcla crítica de Hidrógeno y Oxígeno generaban una explosión que desencadenaba el lanzamiento como un proyectil de aire comprimido y vapor de agua. Este “proyectil” de aire era tan potente y efectivo que se comparaba con el de una bola de cañon.
Se realizaron varios ensayos en Hillersleben. En uno de ellos se utilizó una tabla de madera de 25 milímetros de grosor y realizaron el disparo a unos 200 metros, logrando que la tabla se rompiera. El peróxido de nitrógeno se desplegó en algunos de los experimentos de modo que el color marrón permitiera que la trayectoria y el destino del proyectil transparente fuera observado y fotografiado. Las pruebas demostraron que una poderosa región de aire comprimido y de alta velocidad podría desplegarse con suficiente fuerza para infligir algún daño. Sin embargo, la aerodinámica de un avión en el aire casi seguramente neutralizaría la efectividad de este cañón.
Además, los efectos del cañón en un avión de alta velocidad eran muy diferentes de los de un objetivo terrestre fijo. Solo se realizaron 30 prototipos del modelo con los que se hicieron las pruebas necesarias, hasta que se llegó a la conclusión que el cañón de viento fue un experimento interesante, pero un fracaso práctico.